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viernes, 27 de agosto de 2010

MILES AWAY FROM HER


El jueves pasado nació mi prima, una nena preciosa de ojos azules que pude verla solamente por fotos. No viene siendo prescisamente mi prima, la verdad es que es la hermanastra de mi prima segunda (eso explica los ojos azules, que escasean en la familia), pero el verdadero significado de este hecho, más alla de que tan familiar lo tome cada uno, es la presencia de sangre nueva en la familia, y es que ella se siente tan cercana por la cercanía que mantengo con su hermanastra (que ya paso de ser de prima segunda a prima y más tarde a hermana). Llegó a la vida en San Luis, a cientos de kilómetros de nosotros, de caseros y de quienes también, aparte de su familia propiamente biológica, la esperaban con ansia. A la hora de su nacimiento me encontraba viajando nose muy bien a donde y pensando en los orígenes de ciertas cosas y como se vuelve siempre a la raíz. No es algo que yo considere ley universal, discrepo bastante con mis orígenes, pero es cierto el hecho de que si volvemos en el sentido mental, espiritual. En ciertos momentos de reflexión se vienen a la cabeza imágenes de la niñez; la casa donde te criaste, tus primeras mascotas, las canciones que reconocias aún antes de saber de quién eran, momentos borrosos y caras que el tiempo va erosionando con el paso de los años.

A punto de cumplir la mayoría de edad mirar un álbum de fotos me hace un click y es inevitable sentir angustia, no la angustia de perder algo material, sino pensar en esos tiempos y ver todo desde otro ángulo. Un ángulo más melancólico. Encontrar la inocencia en esas imágenes que retrataron eso que tal vez ni te acordas de haberlo vivido. La vida es un collage de momentos y sensasiones que no se vuelve a repetir. Y hay miles de maneras de vivirla. La vida de un nuevo ser, asi como la muerte cuando se siente cerca, nos obliga a hacer una reflexión acerca de todos los cambios que sufrimos a lo largo de ella. Saborear esos pensamientos dormidos en el inconsiente y traerlos al presente para visualizar un futuro más dulce. De corazón espero que esos dulces ojos azules que despertaron hace una semana vean este mundo como un cuento de hadas y se llenen de gracia a través de los años. Esta vez los orígenes se confunden con la experiencia y el camino andado, con las expectativas y la ansiedad, y cuando estamos casi a perder otro invierno me puse a pensar en lo que viene y, todavía por suerte, no puedo prevenirlo.

Guillermina Asselborn
bienvenida a la vida.