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domingo, 20 de junio de 2010

No hay ruta, sendero, huella, pista que no halla recorrido fisica, telepatica, espiritualmente.
Esta trazando una nueva ruta en el cielo que guie su corazon en el exilio.
Ni por aire, ni por agua, ni por tierra, solo a traves de la purificacion del fuego podra ser un ser nuevo, sin DNI ni pasaporte que le recuerde su identidad terrenal.
Esta vez no puede escapar de su destino.
Tiene que renunciar a su reino, a la ilusion, al apego, a los privilegios que consiguio cuando invertia su tiempo en alcanzar el fruto prohibido, la nieve del Kilimanjaro, el arco iris sobre el mar, la Luna en soledad para confesarse sin testigos.
Sus aliados, intimos enemigos, corte de los milagros, se disolvieron en gotas homeopaticas y le cae un coco de la palmera para que descubra que esta solo. Espia a la luna llena antes de acostarse sobre la colina detras de las esterillas recordando las ceremonias que le rendia junto a su lista de enamorados.
Se resigna...
Sabe que el gran viaje recien empieza, no hay un destino fijo, ni pasaje, ni valijas; es una cita ineludible consigo mismo.
Tiembla. Llora sin lagrimas. Se sumerge en las mantas que no le alcanzan para templar su espiritu inquieto y tenso como una flecha antes de ser lanzada. Camina sin rumbo, nadie lo espera, es el camino de la iniciacion.
Cumplio con lo minimo, vital, movil.
Puede engañar a todos menos a si mismo.
Rompio la balanza del equilibrio entre el ser y el tener y siente que esta devastado en su energia vital, Eros, entusiasmo, y sabe que sin el motor que le da inspiracion para vivir no puede retomar el hilo de la existencia...